Tener un hogar mal aislado es sinónimo de calor en verano y frío en invierno. Por ello, si estás pensando en hacer reformas en casa porque necesita una actualización, no olvides las siguientes reformas clave para aislar tu vivienda y dejar de sudar la gota gorda en verano.
Las altas temperaturas pueden convertir tu vivienda en un auténtico horno con los inconvenientes que ello implica:
- No se puede estar ni de día ni de noche.
- Se dispara el consumo eléctrico por el uso de aparatos de climatización que están todo el día conectados, pero apenas se nota su efecto.
- Cuando pasa el calor del verano, llega el frío del invierno que convierte tu casa en una nevera.
En la web de reformas de Nexdom destacan que resulta fundamental hacer una buena planificación antes de llevar a cabo una reforma integral. Por ello, en primer lugar debes revisar los puntos débiles de entrada de calor de tu vivienda y, a partir de aquí, decidir el tipo de reformas que necesitas llevar a cabo.
Ventanas
Las ventanas se pueden considerar como un «punto negro» del aislamiento de nuestra vivienda, debido a las pérdidas energéticas que generan. Para verificar si el calor entra libremente a través de las ventanas de tu casa debes comprobar lo siguiente:
- Doble acristalamiento. Resulta fundamental para aumentar el confort térmico de nuestra vivienda, así que si los tienes que instalar ten en cuenta también que los vidrios sean de baja transmisión térmica y bajo factor solar.
- Marco de la ventana. Está comprobado que las ventanas de madera, aluminio y de PVC son las más aislantes que existen actualmente.
- Tipo de apertura de la ventana. En general, las ventanas con apertura abatible son las más herméticas y aislantes, pero también es cierto que requieren de un mayor espacio a la hora de abrirlas, por lo que no se suelen instalar en habitaciones pequeñas.
Por otra parte, si tus ventanas no necesitan un cambio, pero quieres mejorar su aislamiento comprueba que los burletes están en buen estado y renuévalos si es necesario.
Además, también se debe revisar que no existen entradas de aire entre el marco y el muro. De ser así, habría que emplear un sellador para evitar este tipo de fugas.
Por último, evitar que el sol incida directamente sobre las ventanas es un buen remedio contra el calor. Para ello, instala persianas o toldos exteriores que contribuirán a mantener tu vivienda fresca.
Aislamiento en paredes y techos
Tener un buen aislamiento en paredes y techo resulta imprescindible para que nuestra vivienda esté bien aislada y protegida de la climatología exterior.
Para asegurarte de que el calor no atraviesa ni el techo ni las paredes, será necesario la instalación de paneles aislantes o la inyección de un material aislante en la fachada a través del interior de la vivienda.
Por otra parte, antes de realizar la instalación es importante informarse sobre los métodos de aislamiento disponibles en el mercado. Los más comunes son:
- Poliestireno expandido con yeso laminado
- Espuma de poluretano proyectada
- Relleno de cámaras de aire con paneles de corcho, celulosa, lana o roca de vidrio.
También resulta recomendable realizar un estudio que determine si las paredes cuentan con cámara de aire y su espesor, ya que influirá en el tipo de aislamiento que se podrá llevar a cabo.
Por otra parte, si se busca una solución más sencilla, también conviene saber que existen otros métodos como emplear pinturas que reflejan la luz y son capaces de desviar una parte del calor de los muros exteriores de la vivienda.
Aislar el suelo
¿Sabías que la pérdida energética de un suelo mal aislado puede ser del 15%? Si tu vivienda está situada en una planta baja o sobre un local que no esté climatizado (como un garaje comunitario), esta pérdida hará que gastes más energía para refrescar tu casa.
Existen materiales como los suelos secos que incorporan aislamiento térmico en sus placas reduciendo considerablemente las pérdidas energéticas. Su principal ventaja es que su colocación se hace de forma rápida y sencilla.
Otra opción consiste en crear una cámara de aire colocando otro suelo encima, de forma que haga de aislante térmico. Aunque también se instalan fácilmente, en este caso hay que tener en cuenta la altura de la vivienda.
En definitiva, reformar nuestra vivienda para mejorar su aislamiento siempre es una inversión. El aumento del confort lo notaremos de forma inmediata y tampoco tardaremos en verlo reflejado en la factura energética. Por todo ello, espero que estos consejos y claves para aislar tu vivienda te hayan sido de utilidad.
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